lunes, 20 de septiembre de 2010

Primer Capírulo (Primera Parte)

Ella. Delante de su ordenador, haciendo tantos cambios en las fotos antiguas que parece que lo que desea realmente es cambiar los corazones de los que posan. Su pelo encrespado y enredado habla de una noche de escaso sueño…
Lucy recuerda perfectamente la noche anterior. La cena con Fran. La invitación a tomar el postre en su piso. El acercamiento en el ascensor. Sus shorts resistiéndose a ser desabrochados. El gel sabor cereza de durex. Se excita sólo de recordarlo.
En todo caso sabe que sólo ha sido una locura, que no tiene ningún futuro. Todo empezó el día anterior…

9 AM. Lucy entra como todos los días con cara de dormida en su oficina de turismo, coge su última adquisición “El niño con el pijama de rayas” y se dispone a dejar que pasen las horas.

10.30 AM. Entra el primer cliente de la mañana, o eso cree ella, pero resulta ser Fran.
- ¡Buenos días! Venía a invitarte a cenar – y a continuación su sonrisa de anuncio.
- ¿Perdón? – sabiendo que tiene expresión de boba, creyéndose víctima de una broma, pero atraída por él.
- Quizá debería haber empezado de otro modo…
Y ahí se presenta, suelta todo el discurso sobre su función de superior directo de ella en la empresa, de la necesidad de una cena de trabajo sin terceras intenciones, y bla bla bla. Mientras lo escucha, Lucy le hace un escáner visual detallado, pelo oscuro despeinado con cierto estilo, ojos verdes, sonrisa de labios entre finos y gruesos, primer botón de la camisa suelto dejando entrever que no es un metrosexual pero tampoco un oso, dockers negros y deseo de que se de la vuelta para ver que trasero le hacen.
- ¿Me estás escuchando? – alza la voz dulcemente interrumpiendo la observación intensiva.
- Mi contrato no decía nada de cenas con superiores… Inténtelo en las oficinas siguientes, estoy casi segura de que tendrá más suerte – dicho esto vuelve a su libro intentando dar por zanjado el tema.
- ¿Prefieres un desayuno? ¿Quizá una comida? Lucy Dimas no te estoy proponiendo que te acuestes conmigo, por favor créeme.

11.00 AM. Ya convencida y camino del bar en el que hacen los mejores churros con chocolate de toda la ciudad de las murallas, el bar Don Pepe. Lugo no es una ciudad demasiado grande pero siempre se encuentra algo apetecible.
- Sabes llevo toda esta media hora deseando decirte que tienes unos ojos verdes preciosos, pero supongo que lo considerarás “engatusamiento improcedente”- dice él haciendo comillas con las manos.
- No, simplemente estarías siendo sincero.
- ¡Egocéntrica! – y ambos se echan a reír.
Minutos después ella se aleja hacia el baño moviéndose de manera diferente sabiendo sus ojos sobre su cuerpo, y efectivamente ahora le toca a él analizar esas curvas apetecibles, su melena castaña que parece tener destellos rubios porque su color se vuelve más claro en verano, mechones ondulados que conducen la mirada hacia ese trasero que a su criterio parece dibujado por un artista con excelente gusto… Y a su regreso los ojos verdes que lo ponen nervioso y hacen que no pueda dejar de hablar, una mueca dedicada probablemente a un mensaje que acaba de sonar en el iphone que sostiene en sus manos, momento en el cual la vista se acerca a su escote y siente que se sonroja inconscientemente. Es una mujer increíble y yo no paro de decir tonterías, y por si eso no fuese suficiente cree que soy el típico jefe seduce-empleadas, piensa.

- Lo siento pero me tengo que ir, no creo que esta nueva cláusula de desayunos de trabajo me evite hacer una visita guiada por nuestra magnífica muralla ¿no? – coge su chaqueta y se aleja hacia la barra.

Fran se siente estúpido y agarra al vuelo el maletín para salir detrás de ella y adelantarse con un billete de veinte euros.

- Oye… ¿te importa si te acompaño? – Fran pone carita de perrito abandonado.
- Si prometes dejarme hablar a mí puede ser – le sonríe ella.

Y vuelven a pasear juntos, él intentando hablar menos, ella pensando en el mensaje que acaba de recibir, que no tenía nada que ver con trabajo. “Resérvame la hora de comer, esta noche cojo un avión a alguna parte de Nueva York… Y no quiero irme sin hablar contigo. Se te quiere Lu”.
Que se me quiere dice. Después de un año juntos y otro año separados. Cuando por fin comenzaba a conseguir no sentir que todo me recordaba a él, y tan tranquilo vuelve a aparecer, como si estos últimos doce meses sólo hubiesen sido un día sin coincidir. Rabia, inquietud y en el fondo esas estúpidas ganas de volver a verle.

- ¿Te estoy aburriendo? – Fran interrumpe sus pensamientos, con lo que eso la irrita, pero al fin no tiene porqué saberlo.
- No, pero creo que nunca deberían haberte ascendido de vendedor de enciclopedias, te las compraban por aburrimiento ¿verdad? – añade una sonrisa para no parecer tan mala.
- ¡Serás! ¡Tendré que usar mis supuestos superpoderes como jefe para que dejes de cachondearte de mí!

Y vuelven a reírse tontamente, risas sin muchas ganas, risas de tontería, pero risas al fin. Y entre risas, llegan junto a un grupo de turistas irritados por la falta de puntualidad, o quizá sólo porque ellos vienen riendo mientras que los que están allí ya han gastado todos sus recursos dialécticos para convencer a los demás de que se deberían caer bien.

Fran se adelanta inesperadamente.
- Ha sido culpa mía, yo la he secuestrado en su horario laboral, péguenme a mí – y suelta una carcajada que contagia a algunos de ellos.
Es ingenioso, me gusta. Ese pensamiento pasa por la mente de ella, como uno más, sin mayor importancia, fugaz.

(…)

**Mientras**
En una de aquellas casas cercanas a la muralla, la de la puerta que casi nunca se abre, la de los sueños que siempre se quedan en sueños… Alguien escribe para no ser leído...

“Otro día menos…
Esperando que se iluminase, vibrase o sonase el móvil… Que parpadease algún tipo de comunicación en el portátil… O simplemente que el timbre sonase…
Soy el idiota que espera que caiga lluvia fresca cuando estamos a 30º a la sombra, el inocente para el que todavía un beso es todo un descubrimiento de la otra persona, el bohemio que todavía se enamora, el antiguo que sigue escogiendo postales de navidad ilusionado como un niño, el estúpido que nunca lee libros por culturizarse sino para vivir historias y emociones que su vida no le proporciona...
Ese soy yo… Demasiado real para ser divertido… Demasiado soñador como para jugar conmigo… Y demasiado muerto como para acompasar vuestras respiraciones a la mía…”

(…)

El calor puede con Lucy, así que la visita a la muralla se convierte en un escueto recorrido de fotos, vistas y referencias curiosas.

13.45 PM
- Tendré que entrenarme si quiero seguirte el ritmo, no sería un romano útil sobre esta muralla, seguramente me tendrían pelando patatas durante las luchas – y se ríe a pesar de su respiración entrecortada, como siempre antes de saber si está siendo realmente gracioso a los ojos de los demás - ¿Dónde comemos? Me lo debes para devolverme a mis veintiséis añitos, debo aparentar ahora mismo sesenta y dos.
- Uno: fuiste tú el que suplicó venir. Y dos: ya tengo prometida la comida… - viendo su expresión añade – venga a las 3.30 vuelvo, si quieres nos vemos – y ahora sí lo abandona allí, dejándolo con esa expresión de derrota y disgusto a partes iguales.

Por fin sola… Pero… No quiero ver a Pablo… Ni que me susurre al oído como siempre que intentaba convencerme de algo… No quiero ser una más de las que confirma la regla de que con un ex siempre hay un 90% de posibilidades de volver a caer… No quiero…
- ¡Lu! – pero que manía tiene la gente de interrumpir los pensamientos ajenos.
Lo ve pero permanece inmóvil con el único pensamiento de que ya es tarde para huir, él sonríe, se acerca, la besa en los labios, la abraza, el abrazo continúa, parece que se van a quedar así, ella colabora, siente que son sólo uno, y siente que nunca antes la había abrazado… De repente se aparta, le sonríe y la vuelve a besar. Y como si ese beso le quemase ella se aparta.
- ¡Pablo! ¿Qué se supone que haces? No soy un juguete que olvida que hace un año me dejaste con un “me han dicho que me engañas con otro, me voy a Brasil, lo nuestro se ha terminado. Se siente” – a estas alturas ya no podía parar ni para coger aire - ¡Era mentira y ni siquiera te acercaste a hablarlo todo conmigo! Con un mísero mensaje despareciste y con otro vuelves. ¿Quién te crees?

Pablo nunca ha aceptado bien las críticas, y mucho menos los reproches que le explotan en la cara, las grandes verdades, sus grandes errores.
- Lu, que seas casi insustituible en la cama no quiere decir que todos nos vayamos a enamorar de ti para siempre, fue un año increíble jugando a ser novios pero… - se da cuenta de que sus palabras la están destrozando, ya es tarde – venga dejémoslo ya, ¡te perdono los cuernos!

(Lu) Está sonriendo, me confiesa que me ha usado, que todo ha sido “de mentiritas”, y sigue sonriéndome como si ya estuviese solucionado… ¡PLAF!
Sí, había sido mi mano… De la sorpresa, de la fuerza… Le giré la cara con aquella bofetada.
- No soy una puta, y menos la tuya – tras este grito la gente comienza a prestar atención a la escena.

Aún con los ojos llenándosele de lágrimas acierta con la llave en la cerradura del portal, cierra tras de sí y se parte en dos llorando en el ascensor.
Dos minutos más tarde delante del portal suena un “bip bip”. Pablo separa su mano de la mejilla todavía dolorida, y lo lee y relee palabra por palabra, no es una admiradora de esas que pagaría por una cita con él, es Lu, “lo que venías buscando lo tienes por un módico precio cuatro calles más abajo, ´muñequitas´, echa tu polvo y vete a N.Y. para no volver”.

(Pablo) Mierda. Esta chica me importa… Es cierto que ante todo quería venir a por un polvo de despedida porque en el fondo todavía la recuerdo, pero… Luego necesité abrazarla, y sentirla muy cerca, yo que nunca doy abrazos deseé que ese no se terminase… Pero no… No puedo pillarme… Luego ella me haría daño… Huir antes de sentir, sólo disfrutar… Ese es mi lema…
Y sus pasos se alejan de allí al tiempo que el dolor de su mejilla se relaja.
Desde la ventana alguien lo mira… recordando ese pelo castaño claro con mechones rubios enredado entre sus dedos, esos ojos azules que tanto la impresionaban al principio, la sonrisa seductora que hace un rato la hizo explotar…

4 comentarios:

  1. Ya lei todo lo que tienes aqui y la verdad.. escribes maravillosamente!!!! con ganitas de leer la siguiente parte!!! un beso mi niña y.. siempre estoy aqui!!! nunka lo olvides!! besazos mi niña!!! muaks!!!

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  2. la virgeeeeeeeeenn tiaaa dios me has dejado sin palabras me acabo de enganchar a la historia! quiero el proximo ehh y yaa pero te digo una cosa
    escribes de maravillaa!! uff me encantaaa! tienes un gran futuro sigue asi y avisame x tuenti de nuevo capitulo va? bss

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  3. lo leo por segunda vez y me sigue encantanadoo (:

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  4. Es increíble como escribes, me encanta! Cada vez que lo leo me gusta más :) Espero que subas pronto el próximo :) Un besazo!! Gracias por hacernos disfrutar con tu historia ^^

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